«La Arquitectura es, para mí, “dar lugar” a las relaciones humanas»

Por Marián Sáncal

Según la RAE, la Arquitectura es el arte de diseñar, proyectar y construir edificios. Como Arquitecto, me voy a tomar la licencia de ofrecer una definición alternativa: La Arquitectura es, para mí, “dar lugar” a las relaciones humanas. Y “dar lugar” es crear y sostener espacios, en el amplio sentido del concepto: espacios físicos y virtuales, psicológicos y materiales, colaborativos y reflexivos, de ejecución y de aprendizaje, de escucha y de conversación… Hoy en día, gracias a las aportaciones de grandes sociólogos, historiadores, biólogos y otros muchos profesionales, sabemos que, en cada cambio de era, los seres humanos hemos adquirido un nuevo nivel de conciencia que nos ha permitido el progreso necesario para pasar de vivir en cuevas al mundo hiperconectado de hoy. ​ Y cada salto en esa evolución, cada nuevo paradigma, se ha caracterizado por una mayor colaboración entre nosotros. Es decir, en cada etapa, los espacios construidos, han dado lugar a una relación de mayor colaboración entre nosotros.

Pero antes una aclaración. Un Arquitecto puede llevar a cabo una obra de nueva construcción, puede rehabilitar una obra existente, o también puede intervenir en el territorio

Hoy vivimos en un momento apasionante de la historia de nuestra especie: en este cambio de paradigma en el que estamos inmersos, tenemos la enorme responsabilidad y el enorme privilegio de repensar y rediseñar los espacios. De construir aquellos capaces de dar lugar al tipo (y profundidad) de relaciones que necesitamos para hacer realidad el futuro que anhelamos. Y en este contexto, uno de los espacios más importantes que debemos repensar son, sin duda, las organizaciones. Hablemos pues, de Arquitectura Organizacional. Pero antes una aclaración. Un Arquitecto puede llevar a cabo una obra de nueva construcción, puede rehabilitar una obra existente, o también puede intervenir en el territorio. Hoy quiero centrarme en la faceta rehabilitadora. Hablaremos en este artículo de Transformación Organizacional. Y para ello, bocetaremos las 3 fases o grandes etapas en las que debe trabajar el Arquitecto Organizacional.

Hay que decidir lo que se puede recuperar y lo que hay que construir de nuevo.

1. CONTEXTO

Es la etapa de investigación. El comienzo del proceso creativo, donde necesitamos entender: · Propósito e impacto: El motivo por el cual existe (el edificio, o en este caso, la organización). Nos preguntamos ¿Qué “uso” está llamado a albergar ese lugar, qué propósito debe cumplir? · Contexto y condiciones de contorno: Entender la situación actual a través de una investigación retrospectiva, conociendo su historia, sus diferentes “usos”. Nos preguntamos ¿Cómo ha llegado hoy a estar en esta situación? · Límites y espacios de transición: Pasamos de entender la situación actual a entrever esos espacios de transición, esos “hacia dónde se está moviendo”, para hacernos una idea global de la situación y estar preparados para comenzar la intervención.

2. SEGURIDAD CONSTRUCTIVA

Es el corazón de la intervención. La base de la transformación de los espacios. Lo que lo sostiene. Y hay que decidir lo que se puede recuperar y lo que hay que construir de nuevo. Aquí trabajamos sobre 2 aspectos clave: ·

Cimientos: El conjunto de creencias que soportan el estilo de relación interna y externa dentro de la organización, es decir, el conjunto de creencias que soportan la estructura organizacional (organigrama). En este cambio de paradigma hay que asegurarse que estas creencias cambian de: ·

La Teoría X (McGregor), que supone que el ser humano tiene animadversión por el trabajo, y no quiere asumir responsabilidades. (Sí, estas son las creencias que subyacen a la actual forma de gestionar nuestras empresas a través del mando y el control, el premio y el castigo) ·

A la Teoría Y (McGregor), que supone que trabajar es algo natural para el ser humano, una forma de autorrealización que lo hace comprometerse y responsabilizarse de aquello en lo que cree (la base del nuevo paradigma empresarial, en el que pasamos de la gestión de las personas a la autogestión por principios). ·

Estructura: Lo que soporta las cargas y las transfiere a la cimentación. Es el organigrama de la organización. Y aquí, un aviso importante: ¿Sabes lo que le pasa a un edificio cuando las cargas no se reparten como se ha previsto en la estructura (o como se ha dibujado en el organigrama)? Que tarde o temprano, COLAPSA. Se cae. Se derrumba. ¡Plof! Desaparece. ·

En esta etapa debemos “reforzar” o “reconstruir” una estructura que sea coherente con la Teoría Y. La unión entre los cimientos y la estructura tiene que ser compatible y coherente.

3. DISEÑO Y ARTICULACIÓN DE LOS ESPACIOS

Una vez inspeccionados y rehabilitados los cimientos (creencias) y la estructura (organigrama), en esta última etapa trabajamos la “habitabilidad” y fluidez en las operaciones diarias. En la organización, se rediseñan: · Los procesos: son como las instalaciones, lo que permite, entre otras cosas, que abramos un grifo y salga agua. Aquí nos encontramos con los procesos de resolución de conflicto, toma de decisiones, comunicaciones, feedback, salarios, etc… · Las prácticas: el diseño interior de los espacios en los edificios, revestimientos y distribución del espacio. En las organizaciones, aquello capaz de hacernos sentir plenos: espacios de reflexión individual y colectivo, rituales, narraciones, etc.

Y el último matiz: un buen Arquitecto es aquel capaz de construir desde la esencia. Punto clave en cualquier Transformación Organizacional: volver a la raíz.

Porque una buena construcción es bella en sí misma, no necesita adornos. Y ese es nuestro trabajo como Arquitectos. Es, de hecho, el gran reto del liderazgo actual. Demos lugar, pues, al futuro que soñamos.